La inteligencia artificial y las competencias blandas
La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en un elemento transformador en el mundo empresarial y ofrece oportunidades que pueden ser beneficiosas para las empresas que logren incorporarla en sus procesos. Sin embargo, la implementación de estas tecnologías aún está en proceso de maduración, ya que las personas se sienten incómodas cuando son atendidas por un robot.
Y no sólo por eso. Este salto tecnológico trae consigo otros desafíos:
Costo de implementación: Aunque la IA ofrece grandes beneficios, su implementación puede ser costosa. Las Pymes a menudo tienen presupuestos limitados y pueden encontrar difícil justificar la inversión inicial necesaria para adoptar soluciones de IA.
Conocimiento técnico: La adopción de la IA requiere un nivel de conocimiento técnico que muchas Pymes probablemente no poseen. La falta de habilidades tecnológicas dentro de la empresa puede ser una barrera importante para la implementación efectiva de soluciones de IA.
Integración con sistemas existentes: Integrar nuevas tecnologías de IA con los sistemas existentes puede ser complicado. Las Pymes deben asegurarse de que su infraestructura tecnológica sea compatible con las nuevas soluciones. En caso contrario las ventajas se diluyen, porque esto puede requerir actualizaciones costosas y complejas, sin considerar las curvas de aprendizaje.
Adaptación de los procesos: Los métodos operativos deben actualizarse para asimilar con eficacia las innovaciones tecnológicas. Si esto no se hace, los errores comienzan a cometerse más rápido. Debemos recordar que los sistemas automatizados también requieren de supervisión, que es de una clase muy diferente a la que aplicamos a los humanos.
Gestión del cambio: La introducción de la IA puede causar resistencia entre los empleados que temen por sus trabajos o que no están familiarizados con ella. La gestión del cambio es crucial para asegurar una transición suave y para que los empleados acepten y adopten las nuevas herramientas, lo cual agrega un estrés adicional a su incorporación.
El rol de las competencias blandas
Por eso, sobre todo en las empresas de servicios donde el contacto humano es fundamental, un liderazgo que promueva y desarrolle las llamadas competencias blandas es esencial para enfrentar los desafíos de la IA.
En este siglo, las competencias técnicas o “duras” han pasado a un segundo plano de consideración, porque la creciente interactividad de las funciones de una empresa ha puesto de manifiesto la importancia de otro tipo de habilidades.
Conocidas como “competencias blandas”, son ciertas habilidades sociales o interpersonales que contribuyen a mejorar el desempeño global de los equipos de trabajo.
Entre ellas se destacan las siguientes:
comunicación efectiva, que abarca la capacidad de expresar las ideas claramente y de escuchar activamente para adaptar el mensaje a cada interlocutor;
inteligencia emocional, que implica la capacidad de reconocer, comprender y gestionar las emociones propias y ajenas (empatía);
adaptabilidad, especialmente en entornos sujetos a cambios continuos;
trabajo en equipo, que implica la capacidad de potenciar las fortalezas y compensar las debilidades de cada integrante;
resolución de problemas, que incluye la identificación de sus causas y la generación de soluciones creativas e innovadoras;
pensamiento crítico, que permite analizar las situaciones de manera objetiva para tomar decisiones informadas.
Comprender los mecanismos psicobiológicos básicos que determinan la actitud y el comportamiento de las personas –aunque parezca algo lejano a la función gerencial– es una de las claves para desarrollar estas competencias de manera fluida, realista y sostenible. Los líderes que transitan este camino, descubren posibilidades insospechadas y pueden transformar su operación en una actividad más productiva y estimulante.
Apostando por un liderazgo humanista
A partir de ese conocimiento, el líder se enfoca en el desarrollo integral de su equipo, valorando tanto sus habilidades técnicas como sus competencias blandas, que en este contexto tienen aún mayor importancia. Este tipo de liderazgo es estratégico para lograr que las Pymes enfrenten los desafíos de la IA de manera exitosa.
Esto requiere un equipo que pueda adaptarse y superar obstáculos sin perder la motivación. Fomentar un ambiente de apoyo y reconocimiento contribuye a construir la resiliencia, esa capacidad humana de recuperarse rápidamente ante las adversidades.
La IA presenta una variedad de oportunidades para las Pymes, especialmente en la mejora de la eficiencia operativa y la personalización de los servicios. Sin embargo, existen desafíos que deben ser abordados para aprovechar al máximo esta tecnología. Y no todas las Pymes están en condiciones de afrontarlos.
Por eso –y especialmente en el sector de servicios, donde el componente humano es crítico–, las competencias blandas son esenciales y deben ser promovidas y desarrolladas a partir de un eficaz liderazgo, para plantarse ante estos nuevos escenarios con un equipo humano sólido, que asegure una fuerte ventaja competitiva.